Este tomo se me ha hecho más cuesta arriba de lo habitual. Seguramente sea por mi situación actual, pero la verdad es que me ha costado acabarmelo. Muy shonen, muchas peleas como única vía resolutiva de los problemas (como cabía esperar, vamos) y poca chicha argumental. Sigo esperando que avance más la historia porque de momento solo tenemos que nuestra procesión nocturna ha llegado a Kioto y que Tsuchigumo les da pa'l pelo a todos.
Eso sí, gráficamente, como siempre una gozada. Ese estilo que se marca Hiroshi Shiibashi, alternando estilo manga con estilo japonés más tradicional, con sus ilustraciones a pincel y todo. Una gozada.
Ya me quedan pocos por leer hasta sufrir la horrible periodicidad trimestral.
0 despropósitos :
Publicar un comentario