jueves, 10 de noviembre de 2011

Perdona si te llamo amorfa. Capítulo 16

Capítulo 16: “Citas amorfas II”

Estos últimos días la gente me critica, me ataca, me fustiga, mis familiares me han dejado de hablar, he recibido amenazas de muerte de la asociación MAR (Matemos A RhapsodyRed), etc.. Así que creo que ha llegado el momento de hacerlo público... Es dificil y duro para mí afirmar esto, pero... sí... El capítulo posterior al número 13 fue el número 15. Y os debo una explicación... Todo se debe a que la historia de los zombies encajaba en el capítulo 13, pero antes de ello debía zanjar el arco del restaurante, así fue como el capítulo 13 se llamó 12+1 y el 14 se llamó 13... Y después, obviamente, pasamos al 15. Pido disculpas a todo el que se halla sentido herido o molesto por ello.

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¡NO! NO ME ARREPIENTO DE NADA. Ahora, vayamos con el capítulo de hoy.


Como dije en el capítulo anterior, Mariana y Ataulfo tuvieron varias citas... Hoy os contaré la acontecida en cierto parque de cuyo nombre no quiero acordarme... Resultó que un día quedaron para dar un paseo e ir al parque... Ataulfo iba atabiado con un traje elegante y discreto que se fundía con la penumbra de la noche dando la sensación de que la cabeza flotaba en el aire... Mariana esta vez llevaba una camiseta que debería lucir el eslogan: “los disléxicos gambién somos tente”... Pero la grasa distorsionadora de camisetas hizo que lo que pareciese que ponía fuese “Existen 3 clases de personas, las que saben contar y las que no”.


El caso es que, tras haber andado tres pasos (los cuales separaban la casa de Mariana del parque), ella estaba agotada, sudando a chorros y cansadísima. Tras otros 3 pasos llegaron a un banco para sentarse:

  • ¡Al fin! - proclamó a los cuatro vientos Mariana como Moisés al liberar a su pueblo de la opresión egipcia.


Ataulfo entonces, comenzó a echarle migajas a las ratas de aire del parque... Éstas engullían el pan como un cerdo se revuelca en su propia mierda, con total naturalidad. Llegó el momento en el que el pan escaseaba, pues, por cada migaja que Ataulfo le tiraba a estos pájaros inmundos, Mariana se comía una baguette entera.


Entonces, las palomas allí presentes, comenzaron a matarse entre ellas por el pan en una sangrienta orgía de ratas voladoras... Aunque todo hay que decirlo, en esta orgía, algunos tenían mucha pluma. (sonido de batería: pum pum clash).


Esta batalla se zanjó cuando Mariana Pérez se levantó y comenzó a comerse a las palomas. Primero arrancaba sus cabezas y las tragaba, actos seguido comenzó a comerse sus cuerpo como quien come palomitas.


De nuevo, otro episodio gore que terminó con un gran charco de sangre alrededor de esta extraña pareja. Esta vez, el suceso fue portada de periódicos incluso.

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