Capítulo 17: “Citas amorfas III. Amorfo i-reversible”
Bueno, lo primero de todo, pedir perdón por el final del capítulo anterior... Lo dejé inconcluso porque se me olvidó cómo había pensado terminarlo... Así que, os ruego, corramos un estúpido velo al respecto del anterior capítulo y vayamos al meollo de este capítulo 17...
En esta ocasión, queridos amigos, os hablaré de cuando Mariana y Ataulfo fueron al teatro... Mariana Pérez se encontraba nerviosa trajeada con su típico esmoquin de chaqueta elegante y discreta (oh, me ha salido un pareado sin haberlo deseado). Mariana salió de su casa y fue a llamar a Ataulfo. Llamó al timbre e inmediatamente el suelo comenzó a temblar peligrosamente. Cada paso de Ataulfo provocaba un nuevo terremoto hasta que finalmente salió por la puerta ese hombre que vestía un top minúsculo para su gran y atlético cuerpo. En él, en condiciones normales aparecería la frase “¿Ha visto usted a Mistetas?” pero estaba tan sumamente estirado que parecía poner “No, pero me gustaría verlas”.
Mientras Mariana y Ataulfo se dirigían al teatro, Mariana le contaba a Ataulfo lo mucho que lo quería:
- Ataulfo, te amo. Al fin y al cabo:
¿No es verdad ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más clara la luna brilla
y se te ve la pantorrilla
igual que a una ardilla
comiendo morcilla?
¿O tal vez es una tortilla peligrosilla?
Mientras Mariana componía tan dulces versos, Ataulfo se sacaba cera de las orejas y ya llevaba tres velas enteras hechas con dicha cera.
Cuando llegaron al teatro, comenzó la función... La obra era una “performance” ultra moderna.
Frío, amor. ¡Microondas! - decía un actor desnudo y pintado de verde en el escenario.
Entonces sonó el We are the champions de Queen.
¡El mundo se acaba! SEXO, SEXO, SEXO... Y muerte.. - decía dicho actor ante la mirada atónita de los presentes. - Ahora sacaremos a alguien del público para ayudarnos en nuestra siguiente “performance”.
El tío verde en bolas, ayudado de cinco enanos se salieron del escenario y buscaron en el público...
Usted mismo, caballero. - dijo nombrando a Ataulfo Zatrústegi.
Por supuestísimo que sí...
Ataulfo se colocó en el centro del escenario mientras el tío en bolas le exortizaba al grito de:
A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en...
Y entonces, Ataulfo arrasó y se comió el escenario... ¡LITERALMENTE!.
Cabe destacar que como todos los sinsentidos de esta vida, ésto fue un sueño de Antonio Resines.
0 despropósitos :
Publicar un comentario